jueves, 28 de abril de 2011

MASAJES PARA TU BEBÉ

LOS REFLEJOS

Observar día a día el desarrollo de tu bebé es una experiencia maravillosa, pero más allá de contemplarlo también debes prestarle mucha atención.

A medida que tu pequeñín va creciendo, cada avance y movimiento es una sorpresa diaria que te llena de emoción y alegría. Sin embargo, es muy importante que estés atenta a este tipo de avances, para detectar sus necesidades y vigilar su buen desarrollo.

En su formación, los reflejos cumplen un papel relevante, ya que son el resultado de los estímulos visuales, auditivos, de tacto o movimientos básicos a los que el pequeñín responde.

Por eso, es importante que conozcas con detalles cuáles son los primeros reflejos que se manifiestan, pues son una señal de que todo está bien. Te contamos cuáles son:

Reflejo de moro: indican que el bebé mantiene una actitud de defensa al percibir un sonido o movimiento fuerte.

Cuando se origina de manera repentina una situación así, la reacción del pequeñín es abrir rápidamente las manos y miembros inferiores, y comenzar a llorar. Este reflejo desaparece alrededor del tercer mes de vida.

Aprehensión palmar: al estimular la planta de la mano por el lado del dedo meñique, la manito automáticamente se cerrará. Comienza a desaparecer a los tres meses.
Aprehensión plantar: al tocar la planta del pie, inmediatamente flexionará los dedos. Desaparecerá hacia los 3 meses de edad.


Hable con su bebé
Así como es muy importante que estimules la atención de tu bebé, hablarle también ayuda a que comience a desarrollar sus reflejos.

Pero debes tener en cuenta que durante los primeros meses, el pequeñín solo enfoca muy bien a una distancia mayor de 25 centímetros, aproximadamente. Por eso, si quieres decirle algo debes acercar tu cara a la de él y exagerar tus expresiones y sonrisas.

Este contacto visual es esencial para entablar una relación amorosa entre madre-hijo.


Retraso en el desarrollo

La manera más fácil para detectar que algo no anda bien es conociendo con anterioridad las habilidades que los pequeñines adquieren en cada edad.

Así podrás identificar signos de alerta o alarmas tempranas del desarrollo, útiles para tratar a tiempo cualquier tipo de dificultad. Recuerda siempre contar con la revisión y asesoría pediátrica.

LOS PRIMEROS AUXILIOS

Debes conservar la calma, estar tranquilo, sereno y no improvisar para así poder organizar cómo será la atención.

Solicita ayuda sin abandonar al niño. Manda a otra persona a pedir la ambulancia.
Evalúa los posibles riesgos que presente el lugar mientras estás atendiendo al niño.

Anima al niño, aflójale la ropa, colócalo en posición cómoda con la cabeza hacia atrás y no lo levantes.

No le des líquidos, no le pongas alcohol en el cuerpo, no administres medicamentos.

Observa si hay hemorragias, si respira, si hay quemaduras, heridas o fracturas.

Asegura su traslado a un centro de asistencia médica.

CUIDADO DE LA PIEL

Le debes aplicar humectantes, de manera continua y frecuente. Son convenientes los masajes en la noche, aplicando cremas o lociones hidratantes mientras se habla o se le consiente.

El control del sol, del agua y del jabón son la base de un buena prevención. Debes evitarle el sol entre las 9 a.m. y 4 p.m. Los niños mayores de 6 meses deben usar antisolares (factor de protección solar de 15 o más).

El agua por largas horas reseca la piel. Luego del baño en piscinas, debes secarle la piel a tu hijo y de inmediato aplicarle humectantes.

Usa preferiblemente jabón de avena, en el área de los genitales y de las nalgas o glúteos.

Ten cuidado en sitios donde pueda haber picadura de insectos, ya que los niños son muy propensos. Ponle ropa en antebrazos y piernas.

Cuando la alergia en la piel se presenta es aconsejable llevar a tu bebé al dermatólogo pediatra, para que este determine lo que la ocasionó y realice un buen manejo.

TEN CUIDADO....

Los accidentes en los niños son muy frecuentes ya que son inquietos, débiles y despreocupados.
No dejes a tu bebé solo o con poca vigilancia ya que todo lo toca y se lo mete a la boca.

Elimina los posibles riesgos y peligros que existan en la cuna, coche, casa, etc.

Comprueba la temperatura de la bañera antes de meterlo y del biberón antes de darle la leche.

Ten todo a la mano antes de cambiarle los pañales. No pongas en la ropa lazos, botones en la parte delantera o cadena para sujetar el chupo.

Acuéstalo boca abajo y en lo posible que no hayan almohadas dentro de la cuna.

En la cuna, los barrotes no deben estar separados a más de 8 cm. para evitar que tu bebé introduzca la cabeza.

Aleja bolsas de plástico o de papel, productos tóxicos o cortantes y aparatos eléctricos del alcance de tu bebé.

miércoles, 27 de abril de 2011

SIGUE EL DESARROLLO DEL BEBÉ

BEBES HERMOSOS

DESARROLLO

Cada bebé tiene su propio ritmo de maduración. Existen bebés que se demoran más que otros para pasar etapas o bien desarrollan una habilidad primero y otra después. Por lo general, en los recién nacidos, estas son algunas características que nos dan una pauta de su desarrollo.

Motricidad gruesa

Acostado boca arriba: los brazos y piernas están flexionados sobre el cuerpo. Los talones no se apoyan en la cama. Puede patear y mover los brazos involuntariamente con fuerza.
Acostado boca abajo: las rodillas están dobladas bajo el abdomen. No puede levantar la cabeza, pero sí puede girarla a la derecha o a la izquierda.
Sujetándolo "sentado": la cabeza cae hacia delante o hacia atrás. Mantiene brazos y piernas flexionados.

El recién nacido nunca se queda quieto, patea permanentemente mientras está despierto y mueve sus brazos. Estos movimientos descontrolados se irán suavizando a medida que su sistema nervioso y sus músculos vayan madurando.
Los recién nacidos se van adaptando poco a poco a este nuevo mundo, muy diferente al útero, por eso a tu pequeñín le resultará muy placentero que lo envuelvas con una cobijita.


Interactuando con los demás
Se relaja cuando lo amamantas o toma el tetero.
En estado de alerta (el bebé casi no se mueve y tiene los ojos abiertos y brillantes) mira fijamente los objetos y caras.


Se expresa, se comunica
El llanto es su principal forma de comunicación. Siempre significa algo por lo que debe ser atendido.
El pequeñín recién nacido ya empieza a comunicarse, por el momento sólo a gritos y llanto, a veces potentes, pero con el correr de las primeras semanas solo llora en situaciones no placenteras (hambre, cólicos, frío o algún otro malestar).
Es probable que se exprese en algún momento cuando vea tu cara o escuche tu voz con una débil "A".

AYUDA A CRECER A TU BEBÉ

Durante su primer año de vida, además de pasar momentos de diversión con tu pequeñín puedes también ayudarlo a crecer por medio de estas actividades que te sugerimos a continuación:
De 0 a 2 meses
  • Acaricia su cuerpo con un sonajero suave diciéndole las partes del cuerpo que recorres.
  • De vez en cuando para en una zona y haz sonar el juguete.
  • Cuando lo bañes, sujetándolo bien, deja que flote en el agua.
  • Agita un sonajero moviéndolo de un lado a otro de su cabeza; mientras no pueda agarrarlo, dará vueltas para verlo.

De 3 a 5 meses

  • Hazle suaves ejercicios de gimnasia flexionando y estirando sus piernas y brazos.
  • Dale un sonajero y toma tú otro, agítalo para que te observe e intente imitarte.
  • Acaricia su cuerpecito con distintos objetos suaves: una pluma, un pañuelo, un muñeco de terciopelo.
  • Sujeta a tu hijo por debajo de las axilas y balancéalo suavemente simulando el movimiento de las olas.
  • Agita juguetes con sonidos y observa como gira la cabeza, a un lado y luego al otro.

De 6 a 8 meses

  • Recorre con tu dedo las partes de su rostro: los ojos, la nariz, la boca y ve nombrándolos.
  • Coloca cojines en el suelo y sienta a tu bebé entre ellos. Pon un pañuelo encima de su cabeza y tira de él. Luego, tápate tú y anímale a tirar del pañuelo.
  • Intenta que se estire colocando su juguete preferido un poco alejado de él, cada vez aléjaselo más para que su estiramiento sea mayor.

De 9 a 12 meses

  • Siéntate en el suelo delante de él y tírale una pelota para que la vaya agarrando.
  • Tómalo de la cintura y balancéalo entre tus piernas. Luego, haz el avión.
  • Hazle gestos con la cara, como abrir mucho los ojos, sacar la lengua, etc. Felicítalo si trata de imitarte.
  • También puedes hacer movimientos como llevarte la mano a la cabeza, tocarte una oreja o taparte los ojos.

Acompaña su crecimiento con una actitud positiva y enseñándole que a través del juego también se pueden aprender muchas cosas.

LA ESTATURA DE TU BEBÉ

Que tu bebé presente baja o alta estatura en un mes determinado no es tan importante, lo que es relevante y a lo que hay que prestarle atención es si se ha mantenido igual a través del tiempo.

  • Debes analizar también la estatura de los papás y la familia.
  • Recién Nacido: Niños y Niñas entre 46 y 53 cm.
  • 1 Mes: Niños entre 50 y 58 cm. Niñas entre 49 y 57 cm.
  • 3 Mes: Niños entre 56 y 64 cm. Niñas entre 55 y 63 cm.
  • 6 Mes: Niños entre 63 y 71 cm. Niñas entre 62 y 69 cm.
  • 9 Mes: Niños entre 67 y 76 cm. Niñas entre 66 y 74 cm.
  • 1 Año: Niños entre 70 y 80 cm. Niñas entre 69 y 78 cm.
  • 2 Año: Niños entre 81 y 92 cm. Niñas entre 80 y 91 cm.
  • 3 Año: Niños entre 88 y 101 cm. Niñas entre 88 y 102 cm
  • El pediatra debe valorar a tu bebé si durante su crecimiento hay un cambio brusco en el patrón de cómo viene aumentando o disminuyendo de estatura

domingo, 24 de abril de 2011

BEBES GRACIOSOS

CRECIMIENTO DEL PRIMER AÑO

1 Mes.
- Los movimientos son controlados por los reflejos con que nace.
- Levanta brevemente la cabeza cuando está boca abajo.
- Aprieta los dedos con fuerza cuando se le coloca algo en las manos.

2 Mes.
- Cuando está boca arriba el bebé gira la cabeza de un lado a otro.
- Cuando está sentado puede controlar la cabeza recta.
- El bebé, boca abajo, puede levantar la cabeza unos instantes.
- Consigue sostener en la palma un objeto durante unos segundos.

3 Mes.
- El bebé es capaz de permanecer reclinado durante unos minutos.
- Alcanza los primeros objetos con ambas manos.
- Tiene las manos abiertas y se entretiene mirándoselas.
- Se levanta solito sobre sus antebrazos cuando está boca abajo.

4 Mes.
- El bebé, boca abajo, consigue girar hasta ponerse de lado.
- Mueve los pies, cruza las piernas y endereza las plantas.
- Se mira sus propios deditos y juega con ellos.
- El bebé puede sentarse apoyado por algo o sujetado por alguien.

5 Mes.
- El bebé se balancea cambiando de posición.
- Agita y extiende los brazos antes de ser cogido por alguien.
- Descubre los dedos de los pies y se los lleva a la boca (igual los puños).
- Intenta abarcar objetos más grandes con las manos.

6 Mes.
- Se sienta con apoyo.
- El bebé, boca abajo, carga su peso con las dos manos.
- Estando boca arriba consigue girar hasta ponerse boca abajo.
- Coge con firmeza objetos alargados y más pesados.
- Levanta las piernas, flexiona las caderas y estira las rodillas.


7 Mes.
- El bebé se arrastra boca abajo.
- Se mantiene sentado con apoyo de una mano.
- El bebé puede sostener un objeto independiente en cada mano.
- El bebé boca abajo sostiene todo el peso del cuerpo en una sola mano.



8 Mes.
- Tiene más fuerza en caderas y rodillas.
- Empieza a querer desplazarse. Se estira para querer coger un juguete.
- Aprende a levantarse agarrado de algún mueble.
- Empieza a gatear.
- Hace travesuras.

9 Mes.
- Se mantiene de pie unos instantes agarrado de algún objeto.
- Se sienta sin apoyo. Se puede inclinar a los lados sin perder el equilibrio.
- Intenta arrastrarse cuando está tumbado.
- Señala con el índice. Se pasa los objetos de una mano a otra y
compara los juguetes.
- Es capaz de agarrar con precisión un objeto (dedos índice y pulgar).

10 Mes.
- Arrastra un objeto con una cuerda, introduce un objeto en un recipiente y lleva un objeto en cada mano.
- Levanta las piernas para ayudar a sus papás cuando lo están vistiendo.
- Se sostiene de pie durante pocos minutos con ligero apoyo.
- Puede sostener y comer una galleta solito.

11 Mes.
- Se pone de pie y camina con ayuda de una o dos manos. Se cansa.
- Experimenta dejando caer y recogiendo los objetos.
- Suelta lo que tiene en una mano si se lo pides y es capaz de meter y sacar objetos en una caja mirando su interior.
- Sabe utilizar ambas manos. Aplaude.

12 Mes.
- Coopera con los padres cuando lo están vistiendo.
- Se levanta estando en cuclillas, se sienta estando de pie.
- Camina con las piernas muy abiertas. Prefiere gatear.
- Sostiene un lápiz para dibujar garabatos.
- Empuja cochecitos y le da un juguete a un adulto si este se lo pide.

REFLUJO

Es el paso involuntario del contenido gástrico hacia el esófago. Ocurre a cualquier edad pediátrica. La mayor parte de estos episodios son breves y pasajeros, no producen síntomas, no dañan el esófago ni causan otros problemas. Es muy común en el primer año de vida. Afecta casi el 50% de todos los niños en el 2 mes de vida. Se resuelve espontánea antes de los 12 meses y a más tardar a los 18 meses de vida. A medida que el niño madura, también lo hacen los mecanismos responsables para prevenir el reflujo.

En los primeros meses de vida el reflujo gastroesofágico no complicado se presenta como regurgitación y/o vómitos. La regurgitación no lleva a complicaciones tales como deshidratación, falla de crecimiento, pérdida de peso, rechazo al alimento, alteración del sueño, llanto inconsolable o irritabilidad excesiva. Por otro lado, cuando el reflujo se complica, los niños pueden dejar de ganar o aun perder peso, se los puede notar irritables, con el hábito alimentario alterado e interrumpir la alimentación, para querer comer nuevamente en una hora o dos.

En algunos casos se pueden ver a los niños gesticulando o arqueando el tronco, torciendo el cuello para uno y otro lado, estos últimos como una manera de disminuir el reflujo. Existen complicaciones más severas como apnea (periodos cortos sin respiración), cianosis (coloración azul en la piel), disfonía, neumonía aspirativa y asma entre otros.

El diagnóstico se puede realizar con un buen examen físico y una adecuada historia clínica. En algunos casos éste puede ser confirmado por la respuesta al tratamiento. Cuando el bebé presenta síntomas que no responden al tratamiento o los síntomas no son típicos, puede ser aconsejable realizar estudios.

El tratamiento se puede enfocar desde el punto de vista de los síntomas, dado que al ser tan variados existe un gran espectro de posibilidades.
Se puede considerar el uso de una formula lácteo hipoalergénica sobre todo en pacientes que no responden al tratamiento tradicional o aquellos que presentan vómitos varias horas después de la ingesta. Otros estudios demuestran que el reflujo disminuye de acuerdo a la posición, disminuir la ingesta de grasas, bebidas con cafeína y gaseosas.

sábado, 23 de abril de 2011

ALIMENTACIÓN SANA

Una buena alimentación es vital para que le niño crezca sano y fuerte. Comer bien afecta no sólo a su desarrollo físico, sino también a su desarrollo intelectual. Si el niño tiene o no una correcta alimentación durante los primeros años de vida, puede tener un efecto profundo en su salud, así como en su habilidad para aprender, para comunicarse con los demás, pensar analíticamente, socializarse efectivamente, adaptarse a nuevos ambientes y personas y sobre todo, a su rendimiento escolar. Una buena alimentación puede influir notablemente en su futuro.

La alimentación es la base necesaria para un buen desarrollo físico, psíquico y social de los niños. Por ello, una dieta saludable es vital para que su crecimiento sea óptimo. Es recomendable no abusar de las grasas vegetales y comer al menos, cinco veces al día frutas y verduras.

Una buena nutrición y la práctica de ejercicio es la primera línea de defensa contra numerosas enfermedades infantiles que pueden dejar huellas en los niños de por vida. La ingesta de nutrientes es distinta en función de las distintas etapas de su evolución.

Una buena nutrición y una buena salud están directamente conectadas a través del tiempo de vida, pero la conexión es aún más vital durante la infancia. Es en este período que los niños pueden adquirir buenos hábitos durante la comida en lo que se refiere a la variedad, al sabor, etc.

Los efectos de la desnutrición en la primera infancia (0 a 8 años) pueden ser devastadores y duraderos. Pueden impedir el desarrollo de la conducta, el cognitivo, el rendimiento escolar
y la salud reproductiva, debilitando así la futura productividad en el trabajo.

ALIMENTOS SOLIDOS

Hasta los seis meses el bebé sólo debe tomar leche materna o artificial . A partir de entonces es posible empezar a ofrecerle otros alimentos, ya que pierde el reflejo que le hace empujar la lengua contra la cuchara o cualquier otro objeto o alimento que se introduzca en la boca.

Siguiendo siempre el consejo del pediatra, este momento se convierte en una fecha ideal para iniciar este proceso de alimentación sólida.
Con el fin de evitar situaciones de asfixia cuando se inicie la toma de alimentos sólidos, siente bien al bebé sobre sus piernas o en una silla de niño. En el caso de que su hijo llore o rechace la comida, no insista, pospóngalo una semana o dos e inténtelo de nuevo entonces.

La incorporación de alimentos sólidos es un un proceso gradual que requiere algo de tiempo y paciencia.

Al principio intente alimentarle a la hora que convenga a ambos, madre y bebé. Cuando crezca ya querrá comer con otros miembros de la familia y en esa época es mejor que adapte al niño a las horas de comida del resto de la familia.
Utilice siempre una cuchara para darle sólidos. Al emplear la cuchara y no el biberón se controla mejor lo que come el bebé y se evita que engorde en exceso.
Conviene hablarle al tiempo que se le dan pequeñas cantidades de comida. Es probable que el bebé expulse la comida las primeras veces. Si es así, puede probar a darle algo de leche y luego darle cucharadas pequeñas con muy poca cantidad y acabar la comida dándole más leche.
Como la mayoría del alimento no lo ingerirá, debe aumentar gradualmente la cantidad hasta que se acostumbre a comer sólidos.

Es muy importante no insistir en que el bebé se termine el plato o el biberón cuando empieza a escupirlo o a retirar la cabeza, precisamente porque esto le ayudará a conocer la diferencia entre hambre y saciedad y evitará fobias y comportamientos anormales a las horas de comer.
Este es un buen momento para acostumbrar al pequeño a comer adecuadamente: sentarse, tomar pequeñas cucharadas, descansar y dejar de comer cuando se está lleno. Estas lecciones serán algo que aprenda para el resto de su vida.

ALIMENTACIÓN ADICIONAL

Gracias a la cuidadosa nutrición tuya durante el embarazo y la lactancia, tu bebé tuvo ya un verdadero comienzo saludable. Vino al mundo rodeado de calor, amor cuidados, satisfacción y comodidad y obtendrá el mejor regalo de la naturaleza: la leche materna, con la cual se le transmiten las preferencias por los sabores de todos los alimentos que consumes y es una forma maravillosa de comenzar a enseñarle buenos hábitos de alimentación.

Para cuando ésta deje de ser suficiente en hierro, calorías, vitaminas y minerales, comenzará para él una nueva aventura de aprendizaje en relación con sus alimentos del futuro.

Los hábitos y gustos por los alimentos se aprenden desde temprana edad y contribuyen a que tu bebé crezca y se desarrolle para convertirse en un niño capaz de expresar al máximo sus potencialidades.

Recomendaciones
  • La introducción de alimentos se hará poco a poco de forma gradual iniciando con "probaditas" hasta lograr la integración progresiva de la dieta usual de la familia. Debe iniciarse entre el cuarto y sexto mes de vida sin interrupción de la lactancia.
  • No comiences antes de los cuatro meses pues tu bebé no se encuentra apto para recibir alimentos semisólidos por su inmadurez fisiológica y neuromuscular.
  • Las prácticas de alimentación complementaria inadecuadas pueden tener un impacto negativo en la salud a largo plazo y propiciar alergias, intolerancias, obesidad, hipertensión o enfermedad del corazón.
  • Ofrécele una toma de leche materna antes del alimento complementario. Prefiere los alimentos naturales, frescos y limpios preparados en forma casera, sin adición de sal, condimentos, picantes, azúcar o miel. Evita los aditivos y las frutas en almíbar.
  • Introduce un solo alimento nuevo y no mezcles, cada 5-7 días o cuando tu bebé haya aceptado el anterior. NO lo obligues.
  • Al principio, tu bebé puede no aceptar de buen agrado cualquier sustancia extraña en su boca, el sabor, la preparación, la textura, el ambiente a la hora de comer, la paciencia, influyen en la aceptación y gusto por los alimentos. Prepárate para el gran día.

Aca una muestra de cada una de las etapas en la alimentacion del bebé:

1 Etapa (4 a 6 meses)
Leche materna
Frutas no ácidas:
Banano, Manzana, Pera, Durazno, Mango, Granadilla.
Uva, Papaya, Melón en jugos o purés extrasuaves..
Cereales: adicionados con hierro y precocidos de Arroz, Avena, Maíz, Cebada, en forma de papilla mezclados con leche materna.
Vegetales de color intenso:
Zanahorias, espinacas, ahuyama, acelgas; cocidos en purés, o sopas licuadas y coladas.

2 Etapa: (7 a 9 meses)
Leche materna
Carnes: magras, rojas de res o ternera (bajas en grasa), pollo.
Leguminosas: Fríjol, lenteja, garbanzo.
Tubérculos: Plátanos, papas y yuca.

3 Etapa: (10 a 12 meses)
Leche materna
Huevo: iniciar con la yema pues la proteína de la clara puede causar alergias.
Los siguientes alimentos pueden ser introducidos hacia los 12 meses con precaución y observando la reacción tu bebé:
Leche de vaca, clara de huevo, cítricos (naranja) piña, fresa, cacahuates, pescado, tomate, trigo, chocolate, pescados y mariscos.
Después de los doce meses, tu bebé que ha presentado un desarrollo normal, estará en condiciones de alimentarse como lo hace la familia.

LACTANCIA MATERNA

La lactancia materna es la alimentación con leche de madre. La OMS y el UNICEF señalan asimismo que "es una forma inigualable de facilitar el alimento ideal para el crecimiento y desarrollo correcto de los niños".

La OMS (Organización Mundial de la Salud) y el UNICEF (Fondo de Naciones Unidas para la Infancia) recomiendan como imprescindible la lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses del recién nacido. También recomiendan seguir amamantando a partir de los seis meses, al mismo tiempo que se va ofreciendo al bebé otros alimentos complementarios, hasta un mínimo de dos años.2 La Academia Americana de Pediatría recomienda mantener la lactancia al menos durante el primer año. El Comité de lactancia de la Asociación española de pediatría coincide en sus recomendaciones con OMS y UNICEF.

Según la OMS y el UNICEF, a partir de los dos primeros años la lactancia materna debería mantenerse hasta que el niño o la madre decidan, sin que exista ningún límite de tiempo. No se sabe cuál es la duración "normal" de la lactancia materna en la especie humana. En nuestra cultura se tiende a considerar la lactancia materna como algo propio únicamente de bebés de pocas semanas o meses.

Beneficios de la lactancia materna

Los beneficios para la salud de la madre o el bebé, así como sus beneficios en el ámbito familiar, económico o social, se usan a menudo como argumento para la promoción de la lactancia materna. La mayoría son de dominio público, pero se puede encontrar fácilmente información más extensa en numerosas publicaciones asesoradas por profesionales40 así como en informes científicos y políticos.

Con todo, organizaciones y organismos como la Comisión Europea (Dirección General de Salud Pública y Evaluación de Riesgos), el Instituto de Salud Infantil IRCCS Burlo Garofolo (Trieste, Italia), la Unidad de Investigación para Servicios Sanitarios y Salud Internacional (Centro colaborador de la OMS para la Salud Maternoinfantil) y el Karolinska Institutet (Departamento de Ciencias Biológicas de la Unidad Novumbe Nutrición Preventiva, Huddinge, Suecia) alertan41 sobre la conveniencia de basar la información sobre lactancia materna en la difusión de sus beneficios, por entender que:
  • La lactancia materna es la forma natural y propia de la especie humana para la alimentación de lactantes y niños pequeños, lo cual no es preciso demostrar con pruebas científicas.
  • "La lactancia materna exclusiva es el modelo que sirve de referencia para valorar los métodos alternativos de alimentación en relación con el crecimiento, la salud, el desarrollo y el resto de efectos a corto y largo plazo". Por lo tanto corresponde a aquellos que proponen estas alternativas la obligación de aportar pruebas científicas que demuestren su superioridad o igualdad respecto a la lactancia materna.

BEBÉ HIPERACTIVO

El síndrome del niño hiperactivo ha existido desde hace tres (3) millones de años, pero su conocimiento se popularizó desde 1935 cuando se descubrió que la medicación Ritalina podía en forma efectiva mejorar la capacidad de aprendizaje del infante. Este transtorno se caracteriza principalmente por tres cosas: El niño es super inquieto, no puede prestar atención en clase y por lo tanto aprende muy poco, y por último es impulsivo. El 60% de estos niños también tiene trastorno de aprendizaje asociado, ello genera un sentimiento de continua angustia y frustración tanto en el pequeño como en sus padres, los cuales reciben frecuentes quejas de los profesores y muchas veces tienen que retirarlo del colegio.

Este síndrome definitivamente afecta en forma directa el futuro personal, social, afectivo y laboral del niño, pues muchas veces por falta de conocimiento por parte de los padres, no es ni siquiera diagnosticado y mucho menos tratado adecuadamente. El niño debe ser evaluado inicialmente sea por el neurólogo, el psiquiatra o el psicólogo.
El psicólogo del colegio es quien general e inicialmente evalúa el paciente y lo debe referir al neurólogo para el manejo con medicamento. Inicialmente se debe descartar algún problema médico asociado, como los de la función de la glándula tiroidea o baja capacidad en el aprendizaje, el cual se detecta con pruebas de la inteligencia y en ocasiones se ordena el electroencefalograma. Este síndrome afecta más al sexo masculino en relación de 6 a 1 con respecto al femenino y el 5% de la población lo sufre.
Por ello estamos hablando de miles de niños que se beneficiarían si se hiciera un adecuado diagnóstico y tratamiento del mismo por parte del personal especializado. El problema consiste básicamente en un mal funcionamiento en la regulación y producción de catecolaminas en el cerebro, sustancias necesarias para la correcta concentración y atención del individuo.
Existen trastornos asociados en el niño como la depresión, la ansiedad, los tics, los transtornos del sueño, del lenguaje, entre otros, que deben ser diagnosticados y manejados cuidadosamente por el médico tratante. Hay innumerables pruebas clínicas de que el tratamiento con la medicación Ritalina mejora muchísimo la capacidad de concentración y atención del niño, y que disminuye su inquietud e impulsividad. Este medicamento no produce ninguna adicción como se cree popularmente y es además muy económico. Los efectos benéficos se ven después del primer mes de tratamiento y se debe tomar por el tiempo necesario hasta que se regule la producción de catecolaminas, lo cual puede durar varios años. Hay dos efectos secundarios que son raros: La disminución del apetito y la disminución del sueño si se suministra después de las 6:00 p.m.

Hay gran cantidad de pacientes que han respondido excelentemente a la medicación, obviamente con la ayuda simultánea del psicólogo y de terapistas ocupacionales, pero estas ayudas sólo son efectivas si se complementan con la Ritalina.

Existe pues, hoy en día mucha esperanza para el tratamiento de este síndrome que es el trastorno del comportamiento más común en la población infantil.

DIARREA

Se define como diarrea persistente el episodio diarréico cuyo comienzo fue agudo, y perduró por más de 14 días y menos de 30 días, incluyendo el lapso de 2 a 3 días de normalidad en las deposiciones.

No se conoce un factor predisponerte para esta diarrea, pero de todas maneras se han identificado algunos factores de riesgo para los bebés menores de 12 meses como la desnutrición severa, los episodios diarréicos previos con un inadecuado manejo, la persistencia de la deshidratación, el uso indiscriminado de antibióticos, la ausencia de la lactancia materna y la presencia de animales en el hogar.

Las manifestaciones clínicas son variadas y pueden comprometer al bebé desde el punto de vista general, gastrointestinal o alterar otros sistemas. Entre los síntomas más frecuentes se encuentra la inapetencia, fiebre, pérdida de peso, irritabilidad, apatía, diarrea, vómito, dolor abdominal, distensión abdominal y desnutrición. Si además se comprometen otros sistemas pueden causar infecciones respiratorias, de las vías urinarias y de la piel.

El diagnóstico adecuado se realiza mediante una buena historia clínica, un adecuado examen físico y un buen examen de laboratorio.

El objetivo del tratamiento en niños pequeños consiste en proveer un soporte nutricional agresivo que permita que el niño no se desnutra ni mucho menos se deshidrate.

En caso necesario existen los medicamentos, los cuales son de estricto manejo médico para curar la enfermedad.

De la rapidez con que actuemos en estos casos y acudamos al especialista, dependerá el buen pronóstico que presente el bebé así como la disminución de complicaciones y secuelas futuras.